«Mi vida siempre ha transcurrido en la defensa de las personas«. Así describe Erika Torregrossa Acuña (Bogotá, Colombia, 1973) su trayectoria profesional. Y lo defiende con una espada en la mano y una balanza en la otra. Nieta e hija de abogados, desde que tiene uso de memoria sabía que quería dedicarse a la defensa de los derechos humanos.
Hoy, asesora a la Secretaría de Estado de Cooperación del MAEUEC y copreside el Observatorio de Derechos de las Personas del Ilustre Colegio de la Abogacía Barcelona (ICAB) y el órgano paralelo del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM).